AZERTAC presenta el texto completo de sus deseos.
"Deseo a los azerbaiyanos y a los franceses de Azerbaiyán un muy buen año 2022 y lo hago con optimismo porque creo que, efectivamente, este año será bueno, también para las relaciones entre Azerbaiyán y Francia.
De hecho, Azerbaiyán entra en 2022 en una buena posición: la perspectiva de una posible paz con Armenia nunca ha sido tan creíble, el proyecto de reasentamiento de los refugiados internos en sus tierras está tomando forma, los precios del petróleo y del gas son favorables para Azerbaiyán y las relaciones de Bakú con sus principales vecinos y socios extranjeros son en gran medida positivas.
Los lazos de Azerbaiyán con la Unión Europea, cuya presidencia semestral ostenta ahora Francia, se han reforzado en el último año, especialmente en la Cumbre de la Asociación Oriental del 10 de diciembre. Los 27 Estados miembros de la UE ofrecen a Azerbaiyán una cooperación más profunda con compromisos concretos de conectividad regional, desarrollo sostenible y diversificación económica. Esta cooperación puede y debe estar al servicio de una Europa y una República de Azerbaiyán más soberanas, para hacer frente a los grandes desafíos internacionales.
Por su parte, el presidente de la República Francesa es el líder occidental que, durante el pasado año, ha dedicado más tiempo y esfuerzo a promover la paz, la seguridad y el desarrollo en el Cáucaso Sur, y estoy convencido de que estos esfuerzos continuarán en 2022. El gobierno francés ha mantenido una línea de equilibrio acorde con sus compromisos internacionales, incluso en los momentos de tensión que conlleva todo conflicto, y ha reafirmado su amistad y respeto por los tres estados del Cáucaso Sur. En retrospectiva, las críticas que se escuchan desde diversos sectores aparecen como lo que eran: en su mayoría, muy excesivas.
La Embajada de Francia velará por que las oportunidades de cooperación se completen en 2022, especialmente en los ámbitos de la retirada de minas, la ayuda a la identificación de los desaparecidos de la primera guerra de Karabaj y el desarrollo regional, en particular en Agdam, donde Francia ofrece su experiencia y financiación para la renovación de las redes de agua y energía. Por supuesto, también se mantendrá la cooperación en el ámbito de la educación y la cultura, especialmente al servicio de las excelentes instituciones que son la Universidad Franco-Azerbaiyana y el Liceo Francés de Bakú. Las numerosas empresas francesas presentes en Bakú han demostrado su capacidad de resistencia y deben seguir desarrollando sus asociaciones.
Azerbaiyán ha recorrido un largo camino desde la restauración de su independencia en 1991. Azerbaiyán ha restablecido su economía, que se encontraba en estado de colapso en el momento de la caída de la Unión Soviética, y se ha afirmado como uno de los estados más profundamente seculares del mundo musulmán. Azerbaiyán cuenta ahora con los recursos necesarios para avanzar hacia una sociedad más inclusiva, social, democrática, innovadora y creativa. Tiene el potencial de convertirse en un proveedor de seguridad regional e internacional, llevando a cabo una iniciativa de paz con Armenia y sumándose a los esfuerzos para combatir el cambio climático y el COVID-19, así como a las iniciativas para salvaguardar la biodiversidad, promover los derechos de las mujeres y defender la ciberseguridad. Espero que lo haga, junto con Francia y la Unión Europea.
Continuemos con las asociaciones Francia-Azerbaiyán y UE-Azerbaiyán. Y hagamos de 2022 el año de la paz y la unidad renovada en el Cáucaso Sur.
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